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jueves, 27 de enero de 2011

René Magritte y los títulos de sus cuadros

                                    
                                         Magritte, El sabor de las lágrimas, 1948


El belga René Magritte (1898-1967) es uno de los más famosos pintores del Surrealismo. Todo el mundo conoce alguno de sus cuadros, ya que han servido para ilustrar portadas de libros, discos de música…además, según una tesis de la UAB de 2007, su universo pictórico ha influido mucho en el mundo publicitario, hasta el punto de que exista una “publicidad magrittiana”.
Quiero darle un espacio en mi blog a este genial artista, ya que, a raíz de un trabajo que tuve que realizar para la asignatura Movimientos artísticos contemporáneos, he descubierto detalles de su vida y obra que se relacionan mucho con los métodos creativos que a lo largo del curso hemos ido desarrollando.
Observemos, por ejemplo, el título de una de sus obras: El sabor de las lágrimas (1948). En este óleo (en la parte superior de este post), vemos una planta fabulosa cuyas hojas forman un pájaro con las alas replegadas, siendo devorado por un gusano. Por tanto, no hay una correspondencia lógica entre el título y la imagen. Según Jacques Meuris, en su libro Magritte (Taschen, 2007, p. 114-121), la mayor parte de los títulos de sus obras son resultado de un juego, donde participaba no sólo él, sino la mayor parte de sus amigos. Reunidos alrededor del lienzo aún fresco, cada participante iba intercambiando sus ideas. Había unos puntos que debían seguirse:

- Un buen título tenía que exhibir ciertas cualidades que excluían lo aleatorio, aunque a veces la casualidad jugase su papel.
- Era necesario que el título se correspondiese con el proceso mental que había movido a Magritte a pintar esa imagen.
- El título no podía definir textualmente la imagen propuesta: tenía que abrir horizontes amplios para que los espectadores se interrogasen sobre el trasfondo que la imagen tiene.
- Además, el título entrase en el mundo de la poesía (pues el discurso del cuadro tenía que apelar a la imaginación del que lo contemplase).   

         
   

            La añoranza, 1940




                                                                Golconda, 1953

                                                                     
En estos encuentros todo el mundo participaba, aunque era Magritte quien tomaba la decisión final. Sobre el título El sabor de las lágrimas, Magritte expresó: “El espectáculo de un árbol abatido es a la vez placer y objeto de tristeza” (Sobre los títulos).

Magritte, el gran pintor que nos enseñó a observar los cuadros más allá de lo que vemos en el lienzo, pues, como bien dijo él:

"La relación (entre imágenes y título) no retiene de los objetos sino ciertas de sus características, habitualmente ignoradas por la conciencia, presentes a veces en acontecimientos  extraordinarios que la razón no ha podido hasta ahora dilucidar" (Sobre los títulos) 

                                                  
                                                               La vacaciones de Hegel, 1958




Fuentes consultadas:
-Meuris, Jacques (2007): Magritte, Kölh, Taschen Benedikt, p. 114-121.
-UAB divulga (información sobre Magritte y la publicidad):
-Imágenes:

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