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viernes, 29 de octubre de 2010

Un objeto imposible


Un objeto imposible es aquél que, debido al diseño de sus elementos, resulta disfuncional, es decir, no sirve para lo que en principio está destinado. En clase de Métodos de Creatividad nos mandaron llevar al aula algún ejemplo de estos objetos. Pues bien, me puse a ello y pensé: ¿y si a un tenedor se le doblasen sus cuatro puntas? Se convertiría en algo que ya no tendría ninguna utilidad, pues ya no serviría para su función que, obviamente, todos conocemos. Se le podría llamar “el tenedor rizado”. Hice de ello unos dibujos, los cuales podéis ver en la parte superior de este post, que llevé a mi clase para enseñar a mis compañeros. El personaje, que está en la zona inferior de la imagen, y que creé para ilustrar un posible contexto en el que aparezca este tenedor, se siente sorprendido, y disgustado, por la faena que le ha supuesto tenerlo en la mesa. “¡Diantre, no puedo comerme mi filete ni mi ensalada!”, pensaréis que dice, a tenor de su expresivo rostro y movimientos exagerados. Si es que un objeto así desespera a cualquiera, sobre todo cuando las tripas rugen…


-La imagen es un dibujo mío.

Los bloqueos a la creatividad


 
Ser creativo no es fácil. El enfrentarse a una hoja en blanco, o cualquier otro soporte (este mismo blog, por ejemplo), implica grandes dosis de concentración y paciencia. Las ideas no aparecen de la nada (aunque haya ocasiones en que pensemos lo contrario). Pero, además, desgraciadamente, existen en la sociedad y en nosotros mismos muchas barreras que nos impiden ser plenamente innovadores. Son los llamados bloqueos creativos. Éstos pueden clasificarse en cinco tipos:
bloqueos perceptuales, afectivos, cognitivos, conativos y socioculturales.

Bloqueos perceptuales.
Se refieren a las limitaciones, las constricciones para percibir de forma clara cuál es el problema, las restricciones para enfocarlo en su totalidad, para investigar lo obvio…

Bloqueos afectivos.
Las constricciones a la propia libertad para investigar y manipular ideas. Son las inseguridades internas, temer por lo desconocido, el pánico a hacer el ridículo, una baja autoestima…

Bloqueos cognitivos.
No usar tu imaginación, apegarte a la lógica, abandonar tus sueños, debido a un conservadurismo de tus conocimientos y experiencias que has adquirido.

Bloqueos conativos.
La falta de curiosidad, de voluntad, estar desmotivado para llevar a cabo una idea, un proyecto…

Bloqueos socioculturales.
El predominio de una idea dominante, la presión de la conformidad: no salirte del campo correcto que un marco social y cultural nos ha marcado como norma a seguir.

Todos nosotros, en algún momento de nuestras vidas, hemos sufrido estos bloqueos, o lo que es peor, seguimos haciéndolo. ¿Quién nunca ha sentido miedo escénico? ¿Por qué hemos llegado a encerrarnos en nosotros mismos como una ostra en su dura concha ante algo novedoso, y por tanto, lleno de dudas y miedos? Son unos fantasmas que nos visitan para evitar la creatividad. Debemos hacer caso omiso de ellos, quitarnos esa venda que nos ciega y abrir nuestra mente hacia el universo de la originalidad, la ambición creativa, la indagación y curiosidad. Apartar nuestros miedos de nosotros y seguir un camino que no terminará si hacemos funcionar nuestra mente en todas direcciones. 





-Fuentes consultadas:
Apuntes de clase de Francisco García.
Wikipedia_"Creatividad":
http://es.wikipedia.org/wiki/Creatividad#Bloqueos_a_la_creatividad     
-Imagen:
http://api.ning.com/files/CKpUsgMXDNFOD1jbl75e1WjnQiKLXyZXSm11oZV9WPdtWUVyEPo4o1JwSQT6guuI/bloqueocreativo.jpg

lunes, 25 de octubre de 2010

El tapón universal: práctico y sencillo


Hoy comienzo este blog presentándoos un objeto creativo donde los haya: ni más ni menos que el tapón universal para botellas. Se trata de un curioso y práctico artilugio de plástico con una ventosa que se adapta a los cuellos de las botellas, principalmente las de vino. Lo considero muy creativo, ya que es un utensilio de mecanismo simple, pero súper práctico, pues resuelve de una forma rápida el problema de cómo mantener cerrada una botella una vez que se ha descorchado...ya que la mayoría de los corchos no pueden volverse a utilizar. Además, su diseño es agradable a la vista. ¿Qué más se puede pedir?

Por todo ello, lo he presentado a mis compañeros de clase de Métodos de Creatividad, a los que parece ser que les ha llamado la atención. No es para menos, yo mismo me sorprendí cuando lo vi por primera vez en una ferretería de Madrid. 


-La fotografía ha sido realizada por mí.