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martes, 14 de diciembre de 2010

La retórica y Madrid


A la hora de crear discursos (orales, escritos u audiovisuales) hemos de buscar la eficacia. Ésta reside, entre otras facetas, en que conmueva a su receptor (oyente, lector, espectador), que llame su atención, y le haga reflexionar. Para conseguir este objetivo contamos con la ayuda de la retórica, definida como el arte de expresarse con corrección y eficacia, embelleciendo la expresión de los conceptos y dando al lenguaje escrito o hablado el efecto necesario para deleitar, persuadir o conmover.

Aristóteles dividió la retórica en cuatro partes: invención (inventio), disposición (dispositio), elocución (elocutio) y acción (pronuntiatio); la tradición romana (Cicerón, Quintiliano) añade la memoria a estas cuatro partes. Así se definen las cinco fases en el proceso de creación de un discurso eficaz.

En la literatura encontramos las figuras retóricas, que son palabras o alteraciones de la sintaxis que se utilizan para dar mayor énfasis a una idea o sentimiento. Son grandes principios generales para la creación. Algunos ejemplos de ellas son el hipérbaton (alteración del orden lógico de una frase); la hipérbole (exageración intencional de la realidad); la paradoja (unión de dos ideas que parecen imposibles de concordar); la metonimia (designar una cosa o idea con el nombre de otra basándose en la relación de proximidad entre el objeto real y el representado). El cine es un alarde de metonimia, con la reiterada representación de la parte por el todo: primeros planos de un personaje (parte), en lugar de un plano general del mismo (todo).
La metáfora (expresar un concepto con un significado distinto o en un contexto diferente al que es habitual) es una de la figuras retóricas más populares. “El oro de sus cabellos” (significa que su cabello es rubio); “la tarea era pan comido” (la tarea era muy fácil de hacer). Siempre se necesita buscar el elemento de referencia (que puede no ser real).
Imaginemos que queremos que Madrid vuelva a ser Capital Europea de la Cultura. La figura retórica de la metáfora nos permitiría crear unos mensajes bellos que persuadan y conmuevan al jurado que tuviese que dar su veredicto. Algunos ejemplos podrían ser los siguientes:

Las calles de Madrid son ríos de cultura.
Madrid, un cuadro pintado a través de los siglos.
Madrid iluminado, la estrella que guía hacia el futuro.

Como hemos visto, la creatividad bebe de la belleza de la palabra, y gracias a ella podemos sumergirnos en un mundo de infinitos matices, adentrándonos en los maravillosos recursos de la lengua.
Fuentes consultadas.
-Definición de “retórica”: http://www.wordreference.com/definicion/retóricas
-Información sobre las cinco partes de la retórica:
- Listado y definiciones de figuras retóricas:
http://www.retoricas.com/2009/06/principales-figuras-retoricas.html
-La fotografía del Oso y el Madroño ha sido hecha por mí.

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